Al cumplirse 46 días de que se pusieron las banderas rojinegras, Hermelinda Hurtado aceptó la decisión de que no se retirara
Julián Sánchez
El Universal
Ciudad de México
Lunes 17 de marzo de 2008
22:13
El Comité de Huelga del Sindicato Independiente de Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (SITUAM) rechazó finalmente la renuncia que había presentado esta noche la lideresa de ese gremio, Hermelinda Hurtado, junto con los secretarios de Previsión, Socorro Hurtado Guzmán; Prensa y Propaganda, Jesús Tomás Licea Hernández; y Organización, Araceli López, quienes la presentaron junto con la dirigente.
Al cumplirse hoy 46 días de que se pusieron las banderas rojinegras, Hurtado aceptó la decisión de que no se retirara.
“En este momento la huelga sigue, sí, tendremos que estar discutiendo en nuestros órganos cual es la dirección, precisamente, este Comité de Huelga está llamado para decir cómo continuamos, cómo continuamos en el movimiento de huelga”, afirmó.
Entrevistado por separado, Javier Melgoza, secretario general de la UAM, y quien encabeza a la comisión negociadora por parte de la institución, sostuvo que la presentación de esa renuncia evidenció lo que han venido comentando las autoridades de que la huelga tiene motivación política y no laboral.
“La huelga fue impulsada de manera muy interesada por diferentes grupos y corrientes y fue un instrumento que utilizaron esos grupos y corrientes para dirimir conflictos internos del sindicato, que deja constancia de una profunda división y fragmentación, y en donde la Universidad ha sido rehén de esos conflictos internos”.
Melgoza explicó que si se hubiera ratificado la renuncia afectaría aún más el proceso para terminar con la huelga pues desde el punto de vista jurídico el emplazamiento que recibió la UAM fue firmado por tres de los cuatro que renuncian, es decir, por Hurtado, Tomás Licea y Araceli López.
En tanto, el secretario del Trabajo, Javier Lozano, declaró antes de ese hecho, que están alejados de una revisión salarial, porque además se le está exigiendo a la administración que conceda una serie de pretensiones a partir de recursos presupuestales con los que la institución no cuenta, pues depende del presupuesto de egresos de la federación que no contempla una partida extra.
Al cumplirse hoy 46 días de que se pusieron las banderas rojinegras, Hurtado aceptó la decisión de que no se retirara.
“En este momento la huelga sigue, sí, tendremos que estar discutiendo en nuestros órganos cual es la dirección, precisamente, este Comité de Huelga está llamado para decir cómo continuamos, cómo continuamos en el movimiento de huelga”, afirmó.
Entrevistado por separado, Javier Melgoza, secretario general de la UAM, y quien encabeza a la comisión negociadora por parte de la institución, sostuvo que la presentación de esa renuncia evidenció lo que han venido comentando las autoridades de que la huelga tiene motivación política y no laboral.
“La huelga fue impulsada de manera muy interesada por diferentes grupos y corrientes y fue un instrumento que utilizaron esos grupos y corrientes para dirimir conflictos internos del sindicato, que deja constancia de una profunda división y fragmentación, y en donde la Universidad ha sido rehén de esos conflictos internos”.
Melgoza explicó que si se hubiera ratificado la renuncia afectaría aún más el proceso para terminar con la huelga pues desde el punto de vista jurídico el emplazamiento que recibió la UAM fue firmado por tres de los cuatro que renuncian, es decir, por Hurtado, Tomás Licea y Araceli López.
En tanto, el secretario del Trabajo, Javier Lozano, declaró antes de ese hecho, que están alejados de una revisión salarial, porque además se le está exigiendo a la administración que conceda una serie de pretensiones a partir de recursos presupuestales con los que la institución no cuenta, pues depende del presupuesto de egresos de la federación que no contempla una partida extra.
1 comentario:
Ante actitudes dubitativas, acciones veleidosas e intenciones golpistas, arropadas -lamentablemente- en derechos irrenunciables, sólo queda, en efecto, echar mano de un recurso legal, además legitimado por otros derechos que deben ser atendidos inmediatamente.
La determinación firme, debidamente ponderada y basada en una responsabilidad superior, que recién toma la representación de la UAM, es oportuna. Las cartas están echadas. Quienes formamos parte de una Universidad de la que se habla muy bien en el país y en otras partes del mundo, tenemos la oportunidad de escapar a los devaneos y deslices de quienes no sólo creen tener la verdad en sus manos, sino que se consideran iluminatis sindicales. No se desconocen derechos, sino que se valoran las oportunidades de atender unos y otros, no sólo los de tipo laboral. Ningún tipo de derechos puede poner contra la pared a los otros. El maximalismo no conoce de criterios de proporcionalidad y razonabilidad, y en una sociedad plural no tiene cabida.
Bien citaba Marx a Hegel con respecto a este tipo de acontecimientos: la historia se repite, una vez como tragedia y la otra como farsa. La farsa termina con un triste récord. Sin duda, el pasado glorioso ha sido echado al despeñadero. Lo dicho: los viejos asesores sindicales viven del pasado, son incapaces de ver el presente y de levantar el vuelo al futuro. Nietzshe decía acertadamente lo siguiente: los que creían en Dios son unos criminales. Se aferraron al pasado y jamás pudieron construir un futuro. Mataron lo que habían creado y les fue imposible levantar el vuelo.
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