martes, 18 de marzo de 2008

UAM ofrece a sindicato 100 por ciento de salarios caídos


08:48 UAM ofrece a sindicato 100 por ciento de salarios caídos

Dado que el “paquete” planteado por la universidad no fue de interés para la dirigencia sindical queda retirado formalmente de la oferta de la universidad en su totalidad.

México, DF.-La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) ofreció al sindicato 100 por ciento de los salarios caídos, 4.25 por ciento de incremento salarial y 1.2 por ciento de incremento a prestaciones si se levanta la huelga en las próximas 24 horas.
El rector general, José Lema Labadie, sostuvo que esa es la única oferta y explicó que dado que el paquete planteado por la institución no fue de interés para la dirigencia sindical queda retirado formalmente de la oferta de la universidad en su totalidad. Indicó que “es imprescindible levantar ya esta huelga innecesaria que ha venido deteriorando nuestra universidad en todas sus dimensiones. Ha quedado claro que este conflicto, como forma de acción para resolver cuestiones laborales, ha sido inútil”.
En un comunicado el rector planteó la posición de la institución ante la huelga que afecta a la casa de estudios desde el pasado 1 de febrero y expuso que “cualquier tema discutido durante el proceso que ha transcurrido podrá retomarse para su análisis posteriormente fuera de una situación de conflicto laboral”.
Aseguró que “está en nuestras manos reabrir la UAM”, establecer las condiciones para que los jóvenes retomen sus estudios, que la investigación y difusión vuelvan a su cauce y se empiecen a construir mejores condiciones para todos y así fortalecer la universidad y la educación pública en el país.
Lema Labadie estableció que la comunidad universitaria está consciente del deterioro del poder adquisitivo de los trabajadores y de la necesidad de establecer nuevas formas de remuneración que permitan remediar esta situación.
Destacó que la universidad se compromete a promover y respaldar un proyecto de recuperación salarial similar al que goza el personal académico de la universidad, a través de un sistema de estímulos al desempeño.
Como primera señal de su voluntad, invitó a los trabajadores a retornar a sus labores de inmediato para que asuman su parte del compromiso con la oferta de restituirles el salario correspondiente al periodo transcurrido. Sin embargo, mencionó, la universidad tiene claro que el estallamiento de la huelga no sólo se basó en expectativas irreales sino que su alargamiento ha sido también por razones ajenas a lo laboral.
Sostuvo que la respuesta de la UAM al pliego petitorio del sindicato previo al estallamiento del conflicto resolvía con la mejor voluntad las cuestiones que estaban a su alcance, “siempre dentro de un marco de responsabilidad financiera”.
Notimex

2 comentarios:

Miguel González Madrid dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Miguel González Madrid dijo...

¿De qué manos quieren los dirigentes hiperhuelguistas la medalla de oro por el récord alcanzado? No hay duda: cuando la locura rige los actos humanos, el responsable siempre se siente perseguido y desatendido, y cree que nadie le hace caso. Pero cualquier cosa extraordinaria que suceda es tomada como una muestra de que de su lado están los dioses. Por eso, en esa condición, cualquier daño al adversario es visto como un triunfo. Por si fuera poco, siempre tiene miedo -siente terror- ante la posibilidad de no lograr sus objetivos, porque cree que, entonces,... ¡pasará por un loco!

La locura exige una guirnalda. ¿Qué espera la razón para evitar ser eclipsada? ¿Otro trimestre? ¿Ser cómplice de actos absurdos?

El trimestre está prácticamente perdido y no podrá recuperarse dentro del año 2008, a menos que se sacrifique o se compacte al máximo el periodo vacacional de verano. Creencia en contrario nos hace ser parte de las fantasías.

Lo peor es que un puñado de integrantes de una gran comunidad universitaria marca la pauta. Y ese puñado quiere justificarse con remedos de asambleas de "todos los sindicalizados", en donde, además, no están todos los académicos. Los viejos emperadores hubieran sentido envidia de la prerrogativa que tiene un sindicato: basta que la minoría tenga en sus manos la forma de sacar jugo de un derecho para que la mayoría se sienta sometida a sus locuras.

Ojalá que -en la víspera del viernes santo- ninguna de las partes piense que el otro lo quiere crucificar, porque más bien estará pidiendo hacer el triste papel de Barrabás.


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Ante actitudes dubitativas, acciones veleidosas e intenciones golpistas, arropadas -lamentablemente- en derechos irrenunciables, sólo queda, en efecto, echar mano de un recurso legal, además legitimado por otros derechos que deben ser atendidos inmediatamente.

La determinación firme, debidamente ponderada y basada en una responsabilidad superior, que recién toma la representación de la UAM, es oportuna. Las cartas están echadas. Quienes formamos parte de una Universidad de la que se habla muy bien en el país y en otras partes del mundo, tenemos la oportunidad de escapar a los devaneos y deslices de quienes no sólo creen tener la verdad en sus manos, sino que se consideran iluminatis sindicales. No se desconocen derechos, sino que se valoran las oportunidades de atender unos y otros, no sólo los de tipo laboral. Ningún tipo de derechos puede poner contra la pared a los otros. El maximalismo no conoce de criterios de proporcionalidad y razonabilidad, y en una sociedad plural no tiene cabida.

Bien citaba Marx a Hegel con respecto a este tipo de acontecimientos: la historia se repite, una vez como tragedia y la otra como farsa. La farsa termina con un triste récord. Sin duda, el pasado glorioso ha sido echado al despeñadero. Lo dicho: los viejos asesores sindicales viven del pasado, son incapaces de ver el presente y de levantar el vuelo al futuro. Nietzsche decía acertadamente lo siguiente: los que creían en Dios son unos criminales. Se aferraron al pasado y jamás pudieron construir un futuro. Mataron lo que habían creado y les fue imposible levantar el vuelo.