martes, 18 de marzo de 2008

Boletín, 075, COMUNICADO URGENTE

Comunicado Urgente
POSTURA DE LA INSTITUCIÓN, ANTE EL CONFLICTO DE HUELGA QUE LE AFECTA DESDE EL PASADO 1 DE FEBRERO.


Número 075
Marzo 18, 2008


POSTURA DE LA INSTITUCIÓN, ANTE EL CONFLICTO DE HUELGA QUE LE AFECTA DESDE EL PASADO 1 DE FEBRERO.


Ante el conflicto de huelga que afecta a nuestra Institución, se hace público el siguiente documento, por cuya trascendencia se transcribe íntegramente.

"Es imprescindible levantar ya esta huelga innecesaria que ha venido deteriorando nuestra Universidad Autónoma Metropolitana en todas sus dimensiones. Ha quedado claro que este conflicto, como forma de acción para resolver cuestiones laborales, ha sido inútil. Salvo cuestión de detalles perfectamente atendibles, aun sin una huelga, la respuesta de la Universidad al pliego petitorio del Sindicato previo al estallamiento del conflicto resolvía con la mejor voluntad las cuestiones que estaban a su alcance, siempre dentro de un marco de responsabilidad financiera.
Entre éstas se plantearon soluciones a la cuestión de la reapertura del CENDI 3, a la contratación de trabajadores de base para la Unidad Cuajimalpa, la liberación y contratación de un número importante de plazas y la creación de nuevas plazas para atender diversos espacios de la institución. Así mismo se planteó que el aumento salarial sería del 4.25% y el de las prestaciones de 1.2%, estas cantidades definidas como parte de una política económica nacional. La solicitud de contratación de académicos temporales no podía formar parte de la negociación bilateral ya que éste es tema de índole académica. La Universidad no escondió nada para ofrecerlo durante una negociación posterior.

El estallamiento de huelga fue una medida no sólo inesperada sino perjudicial para todos los sectores que conformamos la comunidad UAM: alumnos, trabajadores académicos y trabajadores administrativos. Han transcurrido tres quincenas, seis semanas de clases, y es evidente que todos los que dependemos de la universidad en una u otra manera no vemos un fin claro a este conflicto, ni la reanudación de nuestras actividades. No es necesario volver a enumerar las pérdidas que estamos sufriendo en todos los ámbitos de la vida universitaria.

Hemos constatado –y lo ha reiterado el Comité Ejecutivo del SITUAM- que el movimiento no fue motivado por cuestiones laborales sino políticas, emanadas de intereses propios de los voceros de las diferentes corrientes que conforman el sindicato, en respuesta a motivaciones personales o externas a la Universidad, creando un clima de confusión. Prueba de ello es la renuncia de la Secretaria General y de tres miembros del comité ejecutivo del Sindicato la noche de ayer. Las consecuencias de este comportamiento han revelado un perjuicio a nuestra Universidad y a las actividades que realizamos: la formación de alumnos, la investigación y su posible aplicación a la solución de los problemas nacionales, de hecho a la Educación Pública en general.
Durante este largo período no se han realizado verdaderas negociaciones entre las dos partes. Esto no ha de extrañarnos si la causa del estallamiento no fue exclusivamente resolver cuestiones para mejorar la situación laboral de los agremiados y la solicitud de un 35% de incremento salarial ha sido solamente un falso pretexto. Después del estallamiento, se perdieron veintiún días en ficticias reuniones de negociación, en una atmósfera plagada de injurias, hasta que el Sindicato finalmente definió una lista de discusión de once puntos que debió de tener clara antes de llevarnos a la huelga. Esto es prueba del desinterés de la representación sindical en atender con seriedad la problemática laboral que aqueja a sus agremiados y trabajar para la solución y levantamiento de la huelga.

A partir de este nuevo pliego sindical, la representación de la Universidad asistió durante dos semanas a otra serie de reuniones donde el desorden -que pasó de las injurias a la intimidación y a la agresión física- impidió, una vez más, avanzar de manera eficiente. Salvo cuestión de detalles mínimos, los resultados fueron básicamente los mismos que se habían alcanzado antes del primero de febrero. Ante esta situación la Universidad aclaró que no era posible mantener esa situación y que era el momento que el Sindicato evaluara con seriedad la propuesta de la Universidad.

A una semana de esta acción, en vez de una evaluación responsable, hemos visto que el SITUAM se ha dedicado a mantener su ataque contra la Universidad, esta vez exhortando a entidades federales como las secretarías de Hacienda, del Trabajo, de Educación Pública, al Congreso de la Unión y a la misma Presidencia de la República a interferir y alterar decisiones que son facultad de nuestro Colegio Académico y así provocar una violación de la Autonomía Universitaria.
Entretanto, los alumnos han visto sus clases interrumpidas por un conflicto que afecta su derecho a la educación, sus anhelos y los de sus familias en convertirse en profesionales; los
académicos han visto truncados muchos de sus proyectos; la UAM y la Universidad Pública se han visto golpeados una vez más; los trabajadores, tanto académicos como administrativos, no han percibido ingresos por tres quincenas. Esto debe concluir de inmediato.

La comunidad universitaria está consciente del deterioro paulatino que ha sufrido el poder adquisitivo de los trabajadores y de la necesidad de establecer nuevas formas de remuneración que permitan remediar esta situación aun viviendo bajo una política de controles salariales. Esto debe realizarse como parte de un proyecto que permita la construcción de una gran universidad por una comunidad donde convivan los diversos sectores que la componen en una armonía que será imposible de alcanzar si no hacemos los esfuerzos y cambios necesarios para su cimiento.

La Universidad se compromete en promover y respaldar un proyecto de recuperación salarial similar al que goza el personal académico de la universidad, a través de un sistema de estímulos al desempeño.
Como primera señal de su voluntad invita a los trabajadores a retornar a sus labores de inmediato para que asuman su parte del compromiso con la oferta de restituirles el salario correspondiente al período transcurrido.

Sin embargo, la Universidad tiene perfecta claridad no sólo de que el estallamiento de la huelga se basó en expectativas irreales sino que su alargamiento ha sido también por razones ajenas a lo laboral. Es claro que el Sindicato ha actuado irresponsablemente frente a sus agremiados, a los 50,000 miembros de la comunidad UAM y frente al país. Es claro que la responsabilidad de la huelga es imputable al Sindicato. Es claro que la oferta reiterada una y otra vez por la administración de nuestra Universidad no ha sido de interés para el Sindicato ni ha recibido la aceptación esperada por nosotros.

Por lo tanto, invitamos al Sindicato a levantar la huelga. De realizarse esto en la próximas 24 horas, por nuestra parte estamos dispuestos a entregar a los trabajadores de la comunidad el 100% de los salarios correspondientes al período de huelga, el 4.25% de incremento salarial y el 1.2% de incremento a prestaciones. Y solamente esto. Dado que el paquete planteado no fue de interés para la dirigencia sindical, queda retirado formalmente de la oferta de la Universidad en su totalidad. Cualquier tema discutido durante el proceso que ha transcurrido podrá retomarse para su análisis posteriormente fuera de una situación de conflicto laboral.

Está en nuestras manos reabrir la UAM, establecer las condiciones para que nuestros jóvenes retomen sus estudios, que la investigación y difusión vuelvan a su cauce y que
podamos empezar a construir, no en medio de un conflicto, sino con un compromiso noble, mejores condiciones para todos y así fortalecer nuestra Universidad y la educación pública en nuestro país.

Atentamente
Dr. José Lema Labadie
Rector General de la Universidad Autónoma Metropolitana

3 comentarios:

Miguel González Madrid dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Miguel González Madrid dijo...
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Miguel González Madrid dijo...

Ante actitudes dubitativas, acciones veleidosas e intenciones golpistas, arropadas -lamentablemente- en derechos irrenunciables, sólo queda, en efecto, echar mano de un recurso legal, además legitimado por otros derechos que deben ser atendidos inmediatamente.

La determinación firme, debidamente ponderada y basada en una responsabilidad superior, que recién toma la representación de la UAM, es oportuna. Las cartas están echadas. Quienes formamos parte de una Universidad de la que se habla muy bien en el país y en otras partes del mundo, tenemos la oportunidad de escapar a los devaneos y deslices de quienes no sólo creen tener la verdad en sus manos, sino que se consideran iluminatis sindicales. No se desconocen derechos, sino que se valoran las oportunidades de atender unos y otros, no sólo los de tipo laboral. Ningún tipo de derechos puede poner contra la pared a los otros. El maximalismo no conoce de criterios de proporcionalidad y razonabilidad, y en una sociedad plural no tiene cabida.

Bien citaba Marx a Hegel con respecto a este tipo de acontecimientos: la historia se repite, una vez como tragedia y la otra como farsa. La farsa termina con un triste récord. Sin duda, el pasado glorioso ha sido echado al despeñadero. Lo dicho: los viejos asesores sindicales viven del pasado, son incapaces de ver el presente y de levantar el vuelo al futuro. Nietzsche decía acertadamente lo siguiente: los que creían en Dios son unos criminales. Se aferraron al pasado y jamás pudieron construir un futuro. Mataron lo que habían creado y les fue imposible levantar el vuelo.