miércoles, 2 de abril de 2008

Fotos El Universal


Alrededor de 300 integrantes del SITUAM marcharon por avenida Juárez con rumbo al Zócalo. Los inconformes lanzaron consignas contra las autoridades de la UAM, ante la supuesta inflexibilidad para dar respuesta a sus demandas (Foto: José Luis Espinosa /EL UNIVERSAL.com.mx) Ver nota

1 comentario:

Miguel González Madrid dijo...

02 de abril de 2008, 20:40 hrs.

¿Seguro que no se puede proponer cosa distinta a la que hizo la STyPS? Todo dentro del margen de 100% de salarios hasta ahora no devengados es posible. Tal vez 15-25% de ese monto total lo quiera la UAM para efectuar reinversiones necesarias por daños a proyectos de investigación.

Del otro lado habrá que preguntar también: ¿Seguro que no están dispuestos a reducir sus pretensiones de bono (por ejemplo de 4,500 a 3,000 - 4,000 pesos) y de salarios caídos (por ejemplo de 100% a 65-75%)? (El bono + el monto de salarios caídos entran en un paquete único, independientemente de un acuerdo relativo a una retabulación que pueda aplicarse para el ejercicio fiscal 2009, y de otros puntos que prácticamente están avanzados).

Si ninguno está dispuesto a correrse a un paquete único de propuestas económicas intermedias viables (entre el 50-100% de salarios no devengados), entonces hay indulgencia e irresponsabilidad de las partes que seguirá dañando a la UAM, independientemente de quién dirige el SITUAM y de quién representa a la Universidad; independientemente de la ejercitación permanente de derechos laborales y del reclamo de derechos de educación.

Nerón hubiera sentido envidia del juego perverso que sólo conduce a la destrucción de la UAM. Cada cual busca justificarse diciendo, sin embargo, que todavía se puede salvar el trimestre 08-I: se da golpes de pecho y de vez en cuando prepara la bandeja para lavarse las manos. Estamos, incluso, a punto de ver que alguien pida en bandeja de plata la cabeza de quien rechazó sus pretensiones.

Todo ese clima enrarecido contribuye a crispar aún más los ánimos y a perder la noción de alternativas factibles (no sólo viables). Así que tendremos que evitar un regreso con vendettas. El compromiso recíproco nos haría crecer; en cambio, un retorno sin un código mínimo y emergente de ética sólo alentaría un proceso que, como una farsa, sólo trataría de emular, de un lado, a los Médici, y, del otro, a los Pazzi.

Mientras más pase el tiempo sin una disposición a dialogar y encontrar soluciones en el marco de lo posible, sin romper la negociación y en sesión permanente, los nubarrones de la desesperación y la violencia podrían soplar pronto. Eso sería lamentable, pero quienes tienen responsabilidades colectivas en el conflicto, de la naturaleza que sea (sindical, académica, administrativa), deben autocriticarse y sacrificar su ego. Las viejas estrategias para enfrentar un conflicto laboral tal vez ya no sean eficaces como antes, y ya lo estamos viendo.