Editorial
UAM: a quién le sirve la huelga
Cuando la huelga que mantiene paralizada a la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) está por cumplir un mes, no parece haber manera de acercar las posiciones sindicales y las de la rectoría de esa institución pública de educación superior; más bien se ponen de manifiesto intentos de sectores no identificados por prolongar el paro laboral.
Sólo de esa forma puede entenderse la irrupción que tuvo lugar ayer en el local de Coapa en el que tenía lugar una ronda de negociaciones entre representantes del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (SITUAM) y funcionarios de la casa de estudios. Un pequeño grupo de individuos que afirmaron ser estudiantes de la UAM agredieron físicamente, sin justificación alguna, a funcionarios de la universidad, a los dirigentes sindicales y a informadores que cubrían el encuentro, y lograron interrumpir las pláticas.
Resulta claro, a estas alturas, que el desencuentro entre autoridades universitarias y la dirigencia sindical, que desembocó en el paro de labores iniciado el pasado primero de febrero, ha resultado muy oneroso para los trabajadores, para la institución y para los estudiantes, y que es urgente lograr acuerdos para ponerle fin a la brevedad. En tal circunstancia, el empeño por reventar las negociaciones, tan desembozado como inexplicable, lesiona por igual a los tres sectores.
En otros movimientos laborales universitarios del pasado se ha puesto de manifiesto una solidaridad estudiantil abierta y fraterna hacia los asalariados en huelga. En el incidente referido no hubo solidaridad sino agresión, aunque no resulta claro si los agresores son, efectivamente, estudiantes uameros víctimas de una deplorable intoxicación ideológica, o si se trató de un grupo de choque ajeno a la institución.
Sea cual fuere la identidad de los atacantes, su acción beneficia, en forma objetiva, a los intereses neoliberales, clasistas y reaccionarios que pugnan por la erosión y la desarticulación de las instituciones públicas de educación superior, para los cuales resulta redituable que el conflicto laboral en la UAM se prolongue de manera indefinida para justificar, así, su abandono presupuestal.
Son varias las voces del grupo gobernante que han pretendido presentar a la UNAM, a la UAM y a otras universidades públicas como nidos de revoltosos, cotos de sindicalistas holgazanes y privilegiados y refugio de educandos mediocres que abandonan el estudio para dedicarse a la grilla, un retrato doloso y falso. Los actos de provocación como el ocurrido ayer parecen, en este contexto, intentos por aportar a tal retrato alguna pincelada de verosimilitud.
Es urgente, pues, que la autoridad universitaria y la dirigencia sindical sean capaces de aislar a los provocadores y que superen a la brevedad sus diferencias, a fin de que la UAM retome sus actividades cuanto antes.
UAM: a quién le sirve la huelga
Cuando la huelga que mantiene paralizada a la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) está por cumplir un mes, no parece haber manera de acercar las posiciones sindicales y las de la rectoría de esa institución pública de educación superior; más bien se ponen de manifiesto intentos de sectores no identificados por prolongar el paro laboral.
Sólo de esa forma puede entenderse la irrupción que tuvo lugar ayer en el local de Coapa en el que tenía lugar una ronda de negociaciones entre representantes del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (SITUAM) y funcionarios de la casa de estudios. Un pequeño grupo de individuos que afirmaron ser estudiantes de la UAM agredieron físicamente, sin justificación alguna, a funcionarios de la universidad, a los dirigentes sindicales y a informadores que cubrían el encuentro, y lograron interrumpir las pláticas.
Resulta claro, a estas alturas, que el desencuentro entre autoridades universitarias y la dirigencia sindical, que desembocó en el paro de labores iniciado el pasado primero de febrero, ha resultado muy oneroso para los trabajadores, para la institución y para los estudiantes, y que es urgente lograr acuerdos para ponerle fin a la brevedad. En tal circunstancia, el empeño por reventar las negociaciones, tan desembozado como inexplicable, lesiona por igual a los tres sectores.
En otros movimientos laborales universitarios del pasado se ha puesto de manifiesto una solidaridad estudiantil abierta y fraterna hacia los asalariados en huelga. En el incidente referido no hubo solidaridad sino agresión, aunque no resulta claro si los agresores son, efectivamente, estudiantes uameros víctimas de una deplorable intoxicación ideológica, o si se trató de un grupo de choque ajeno a la institución.
Sea cual fuere la identidad de los atacantes, su acción beneficia, en forma objetiva, a los intereses neoliberales, clasistas y reaccionarios que pugnan por la erosión y la desarticulación de las instituciones públicas de educación superior, para los cuales resulta redituable que el conflicto laboral en la UAM se prolongue de manera indefinida para justificar, así, su abandono presupuestal.
Son varias las voces del grupo gobernante que han pretendido presentar a la UNAM, a la UAM y a otras universidades públicas como nidos de revoltosos, cotos de sindicalistas holgazanes y privilegiados y refugio de educandos mediocres que abandonan el estudio para dedicarse a la grilla, un retrato doloso y falso. Los actos de provocación como el ocurrido ayer parecen, en este contexto, intentos por aportar a tal retrato alguna pincelada de verosimilitud.
Es urgente, pues, que la autoridad universitaria y la dirigencia sindical sean capaces de aislar a los provocadores y que superen a la brevedad sus diferencias, a fin de que la UAM retome sus actividades cuanto antes.
Autoridades de la UAM abandonan el diálogo ante presunta provocación
La Jornada (México) - hace 1 hora
La Jornada (México) - hace 1 hora
Exigen al sindicato que repudie “actos bochornosos” contra representantes de rectoría
Autoridades de la UAM abandonan el diálogo ante presunta provocación
Comisión de supuestos alumnos intentó entregarles un documento, lo que desató altercado
Emir Olivares Alonso
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Negociaciones entre autoridades y sindicato de la UAM, las cuales fueron interrumpidas por los representantes de rectoría luego de un altercado que ocurrió cuando un grupo de presuntos alumnos intentó entregarles un documento Foto: Carlos Cisneros
Autoridades de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) dejaron la mesa de negociaciones con los representantes sindicales de esa casa de estudios, al asegurar que “no existen condiciones” para el diálogo, por lo que hoy se cumplen 29 días de huelga. Asimismo, los emisarios de rectoría no se movieron de la oferta de 4.25 por ciento de incremento directo al salario y 1.2 en prestaciones.
Luego de tres días de que se reiniciaron las pláticas, la tarde de ayer se rompieron cuando la sesión se salió de control, debido a que un grupo de personas –aseguraron ser alumnos– irrumpió en la mesa con la intención de entregar un documento al secretario general de la casa de estudios, Luis Javier Melgoza.
Ante la situación, los funcionarios universitarios salieron entre empujones del lugar donde se realizaban las charlas. Por la tarde, la institución emitió un comunicado en el que pide al Sindicato Independiente de Trabajadores de la UAM (SITUAM) “repudiar públicamente los bochornosos actos de violencia contra la comisión negociadora” de la rectoría.
En el boletín, la UAM asegura que el diálogo se suspendió debido a estos hechos, por lo que –argumenta–, al ser una negociación de índole laboral, “debe evitarse que personas ajenas a la relación contractual intervengan en las mesas de diálogo. La UAM no acepta la intimidación, el insulto o la violencia”.
Las autoridades educativas reiteraron que están dispuestas al diálogo, siempre y cuando se garanticen las condiciones necesarias para a la brevedad reanudar las pláticas, en una atmósfera que “evite la repetición de hechos como los de ayer”.
En tanto, Heladio Hurtado, secretario de conflictos del SITUAM, informó que no fue el sindicato el que en principio se levantó de la mesa de negociación. Dijo que los hechos violentos de ayer no son su responsabilidad.
Posteriormente, en una asamblea del consejo de huelga se acordó llamar a negociar a las autoridades, y citaron a conferencia de prensa hoy a las 11 de la mañana.
Los sindicalistas reiteraron que esperan una “respuesta satisfactoria” a los 11 puntos de su pliego petitorio, cuya demanda principal es un aumento salarial, “justo y legítimo”, de 35 por ciento.
Ésta es la cuarta ocasión en que se rompen las negociaciones entre sindicato y autoridades, y hasta el cierre de esta edición no había fecha para reanudarlas, a fin de concluir con la huelga en esa casa de estudios.
Por la mañana, algunos profesores de diversas unidades de la UAM manifestaron su apoyo a las exigencias de los trabajadores, por lo que exhortaron a las autoridades universitarias a “no generar un ambiente de confrontación” y resolver mediante el diálogo los 11 puntos del pliego petitorio del SITUAM.
1 comentario:
Ahora, las autoridades de la UAM y la representación sindical deberán demostrar que la buena disposición a avanzar en las negociaciones no es sólo para la foto, pese a las provocaciones de un grupo de estudiantes en la sesión del 28 de febrero.
El que se tolere la libre manifestación de ideas no significa estar de acuerdo con su contenido. Los distintos grupos (de académicos y estudiantiles, fundamentalmente) deben presionar más bien a las partes en negociación a encontrar soluciones a un conflicto laboral que produce ya daños irreversibles al desarrollo científico. En última instancia, y por lo medios que la misma democracia provee, puede ser necesario convocar a un plebiscito general para determinar el sentido mayoritario de las comunidad académica y de la estudiantil con respecto a la huelga, sólo para que quede claro de que lado se cargan las voces, pero eso sólo mostraría que las partes (autoridades y dirigencia sindical) en conflicto son incapaces de construir acuerdos, y a la UAM en general le causaría un gran desprestigio nacional e internacional.
¡Basta ya de provocaciones! ¡Basta de cobijarse en demandas justas que, sin embargo, por ahora son inatendibles (la demanda de incremento salarial de 35%), no por falta de voluntad, sino por factores estructurales que escapan del control de la UAM! ¡La UAM no será refugio de golpistas y reduccionistas, ni de la ultraizquierda ni de la ultraderecha! La incapacidad de este tipo de corrientes se demuestra cuando, para subsistir, quieren asirse al extremismo que, por naturaleza, es intolerante. Se comprueba, de uno y otro lado, en el tipo de bases sociales y políticas de quienes ocuparon la presidencia de la República o de quienes la quisieron ocupar.
La UAM es mucho más grande que cualquier aspiración extremista. La UAM no será instrumento de autodestrucción académica, y quienes nos sentimos parte de ella tenemos ya un gran reto: reconstruirla, aun sobre algunas bases nuevas. La UAM no será nunca lo que en otros tiempos los extremismos hicieron con la UNAM.
Saludos.
MIGUEL GONZÁLEZ MADRID.
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