jueves, 6 de marzo de 2008

Las autoridades universitarias insisten en ofrecer 4.25% directo al salario y 1.2% en prestaciones

Las autoridades universitarias insisten en ofrecer 4.25% directo al salario y 1.2% en prestaciones
Fracasan las negociaciones en la UAM
■ “Por hambre no nos van a doblegar”, reitera el sindicato; exige que se transparente el presupuesto
Laura Poy Solano
Al no alcanzar un acuerdo para destrabar las negociaciones entre el Sindicato Independiente de Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (SITUAM) y autoridades universitarias, nuevamente fracasó el diálogo para concretar un acuerdo económico, luego de que la representación patronal insistió en mantener su propuesta de incremento de 4.25 por ciento directo al salario y 1.2 por ciento en prestaciones.
Al presentar la posición “institucional” en torno a la demanda de incremento salarial y de prestaciones, Javier Melgoza Valdivia, secretario general de la UAM, afirmó que la parte patronal “no participará en una discusión cuyos objetivos desbordan el ámbito de nuestra universidad”, tras asegurar que la demanda salarial planteada por el sindicato está encaminada a “confrontar políticas económicas de alcance nacional. Es evidente que este planteamiento tiene una motivación extrauniversitaria, con la cual no coincidimos”, indicó.
En un documento dirigido a la secretaria general del Situam, Hermelinda Hurtado, destacó que las propuestas de los trabajadores de aplicar una redistribución de partidas presupuestales que no afecten las funciones sustantivas de la institución, como docencia, investigación y divulgación de la cultura, para resolver sus demandas salariales, “no conducen a ninguna posibilidad de acuerdo bilateral”.
Si bien reconoció que la UAM cuenta con una “gama amplia de recursos presupuestales”, éstos se encuentran comprometidos con las labores sustantivas de la institución, ya que el financiamiento destinado al pago de salarios y prestaciones es “directamente autorizado por las instancias federales competentes”.
Al respecto, integrantes del Situam reiteraron que la responsabilidad por el alargamiento de la huelga, que estalló el pasado 1º de febrero, “es de las autoridades de la UAM, porque una y otra vez se niegan a escuchar los planteamientos que presentamos en la mesa de negociación, y regresan, como siempre, con un no, sin ninguna propuesta alternativa a lo planteado desde el pasado 31 de enero”.
En las intervenciones de la parte sindical en la mesa de negociación, los trabajadores reiteraron su rechazó a la postura de la institución y afirmaron que la huelga “continuará hasta que se resuelvan nuestras propuestas, porque tal parece que no se ha querido escuchar nada de lo que presentamos, y no vamos a cansarnos de repetir que por hambre no nos van a vencer ni a doblegar”.
Agregaron que la institución debe transparentar el destino del presupuesto universitario, así como la operación de convenios patrocinados, y la aplicación de los recursos destinados al pago de estímulos y becas a mandos medios y superiores, porque, insistieron, “sabemos que cuentan con recursos para responder a las demandas sindicales sin causar ningún daño financiero a la institución, pero lo que ha faltado es voluntad de resolver y levantar esta huelga”.
Las partes en conflicto sólo acordaron revisar las propuestas que permitan alcanzar un acuerdo en la creación de plazas sindicales, así como la solución a las demandas de los trabajadores de intendencia en la UAM-Azcapotzalco.

1 comentario:

Miguel González Madrid dijo...

Brillantes opiniones la de Carlos Elizondo y, antes, de Gilberto Rincón Gallardo. Agregan nuevos elementos de reflexión sobre el conflicto laboral en la UAM y su contexto.

La euforia que sienten algunos en un ambiente de huelga y en movilizaciones por las calles para buscar solidaridad, aunque los objetivos tengan una naturaleza eminentemente económica y no impacten realmente la lógica del sistema, es un estado mental que muchos hemos vivido con experiencias similares.

El autoengaño, en esos estados, nos hace creer que podremos ganar la guerra contra el sistema, incluso sólo desde el bastión que nos corresponde. Lo lamentable es que tal ilusión nos hace perder de vista alternativas diversas de cambio social. No es que tengamos que aceptar la ideología del "fin de la historia" o que nos resignemos a vivir con el sistema capitalista oprimiendo nuestras vidas. Para cambiar el sistema y todas sus formas de dominación y operación, como la neoliberal, no hay una vía, sino varias. No existe ya un centro de dirección del cambio, sino muchos. John Holloway lo ha señalado muy bien en su libro CAMBIAR EL MUNDO SIN TOMAR EL PODER, aunque se le ha criticado por cierta concesión al anarquismo.

Las luchas sindicales son sólo una parte del engranaje de las luchas sociales. Por la vía reduccionista de la redistribución del ingreso no llegaremos lejos, además de que, como bien señala Carlos Elizondo, en todo caso lo que se puede ganar en un sector de trabajadores (si así fuera) lo perderían otros. En esa dirección estaríamos admitiendo una redistribución de migajas. Pero de lo que se trata es de cambiar las relaciones de poder en la producción del pastel y en el reparto de la riqueza desde su origen. No estaría mal que los trabajadores de la UAM o los de todas las universidades públicas obtuvieran mejores ingresos salariales. Pero, además de que eso no se puede lograr en el contexto de una huelga aislada, implicaría sacrificar otras necesidades sociales.

Tomar como pretexto que se iría progresivamente a un objetivo de mayor alcance desde una huelga, es ignorar una serie de consecuencias en una Universidad que, por su naturaleza, es plural y diversa. Creer que desde la UAM se puede hacer la revolución si se atizan otros movimientos sociales, crece la solidaridad, etc., es mantener aspiraciones legítimas de cambio social bajo el efecto de una euforia desmedida en un momento equivocado. Una cosa sí han logrado algunos dirigentes del SITUAM: unificar a la comunidad universitaria,... pero en su contra.

Ahora, para evitar mirar los errores propios, el puñado de dirigentes ultraizquierdistas y maximalistas quieren refugiarse en la búsqueda de solidaridad coyuntural y, fundamentalmente, en una petición que dignificaría acciones perdidas, pero que es absurda en las circunstancias actuales: un elevado incremento salarial a toda costa. El "todo o nada" no sirve como estrategia en un entramado de intereses en el que cada cual también se defiende en una lógica de negociación. Si se adopta la estrategia de negociación no hay lugar, entonces, para mantener una actitud necia, irracional e irresponsable.

¿Quedará la pérdida de un trimestre lectivo, en última instancia, como tablita de salvación de los errores sindicales, y se buscará adjudicarlo como una consecuencia de la oferta limitada de las autoridades de la UAM? Al contrario. La pérdida de un trimestre podría ser adjudicada al SITUAM, aun cuando éste quiera lavarse las manos desde ahora. Un modelo de sindicato está a punto de ser finiquitado. A veces, buscar una nueva etapa de vida se convierte en la muerte, cuando se hace a costa de los demás, de los propios aliados.