jueves, 20 de marzo de 2008

Encabezado del Reforma impreso, Hoy 20 de Marzo de 2008


1 comentario:

Miguel González Madrid dijo...

20 de marzo de 2008.

Si de verdad no se quiere provocar mayor daño a la Universidad, a las personas que han iniciado una huelga de hambre y al propio ingreso anual (2008) de los trabajadores, entonces, ya con la demanda razonable de 10% de incremento al salario directo, con el ofrecimiento de un buen número de plazas (principalmente para Cuajimalpa) y con el compromiso de acordar fuera de la huelga (pero antes de elaborar el proyecto presupuestal 2009) tanto un nuevo manual de puestos y/o la retabulación salarial como la apertura razonable de plazas nuevas, se pueden cerrar los puntos nodales del conflicto. A pesar de estar en los acuerdos dentro de la huelga, los avances propositivos no deberían quedar en el olvido. Otros puntos que prácticamente ya se pueden acordar pueden ser incluidos en la agenda emergente.

Con una reducción a 10% de la demanda salarial, y en la hipótesis de que se mantenga el tope salarial oficial (que el Estado no está dispuesto a que se rompa), la respuesta de las autoridades de la UAM podría ser:

a) Distribuir en prestaciones una parte de ese porcentaje; o
b) Otorgar un bono mayor a 1,500 pesos (a los administrativos), sin que necesariamente se complete el 10% o tal vez tampoco el monto de 6 mil pesos.

Para satisfacer alguna de esas dos posibilidades o una combinación de las dos, la UAM podría tomar una decisión con respecto a:

a) Una transferencia de recursos de una partida a otra, sin que ello implique perjudicar prioridades institucionales ni demasiado trámite interno;
b) Reducir la reposición de salarios caídos a sólo 50% del total, para tener margen de maniobra en otra modalidad de transferencia; o
c) Una combinación de esas dos cosas, con una reposición de salarios caídos mayor a 50% y menor a 100%.

El SITUAM debe valorar bien cualquiera de esas posibilidades, en caso de un retorno a la negociación. Resultados diversos en esas hipótesis no deben ser entendidos como una derrota de un lado o un éxito del otro. Esta no es una cuestión de honor, pero sí de dignidad en el marco de una comunidad que es parte de nuestras vidas, no de dignidad personal.

Por su parte, en ese escenario global, en todo caso la UAM debería pedir a los poderes federales un apoyo extraordinario para soportar esas posibilidades de acuerdo.
Lo importante es encontrar alternativas de solución al conflicto, estar dispuesto a ciertos sacrificios recíprocos y crear un clima de disposición al acuerdo.

Uno de los puntos de acuerdo debería ser que, fuera de la huelga y con una agenda preestablecida, se llegue con una propuesta común sobre puntos nodales pendientes (a menos que el SITUAM se diga satisfecho con propuestas que ha hecho la UAM) antes de la aprobación del proyecto de presupuesto 2009.

¿Qué podrían decir las autoridades de la UAM y el SITUAM a todo esto? ¿Guardarán silencio? ¿Procederán a guardar los días santos? ¿Dejarán que se desparrame el conflicto y se llegue a la pérdida total del trimestre? ¿O qué? En aras de una justicia social que no se puede alcanzar mágicamente, la realidad nos desborda y nos lleva a la intransigencia. A su vez, en defensa de una propuesta global que fue oportuna, razonable y tentativa, tampoco se deberían cancelar otras alternativas cada día que pasa.

Hay otro tipo de alternativas, pero eso queda bajo responsabilidad de las partes, y no quiero comentarlas en este mensaje. Hay que dejar a un lado los calificativos y centrar ahora la razón en soluciones viables que pueden ser acordadas en menos de 100 horas. Si hacemos esto, entonces quienes mantienen una posición veleidosa y belicosa se exhibirán solos. Hoy, más que nunca, debemos definir el valor que tiene la UAM en contraste con la diversidad de intereses y proyectos de grupo que caracterizan a los distintos sectores de la Comunidad universitaria.