La ciencia, víctima de la huelga en la UAM

Investigadores alertan que de seguir el paro en la universidad, los trabajos en proceso se dañarán irreparablemente

Afecta huelga de la UAM cerca de 100 actividades culturales 2008-02-19

Ricardo Cerón
El Universal
Miércoles 27 de febrero de 2008

ricardo.ceron@eluniversal.com.mx
En los 27 días de huelga de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) el impacto en la investigación científica representa tres meses de retraso para investigaciones y experimentos en disciplinas como la medicina, la biología y otras ciencias.

Incluso, si continuara el paro por un par de semanas más, diversos proyectos tendrían afectaciones irreversibles.

Frente a la imposibilidad de emplear sus laboratorios, científicos de la UAM han buscado refugio en otras instituciones del país, como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) o el Centro de Investigaciones y de Estudios Avanzados (Cinvestav), con el fin de continuar sus proyectos de estudio.

La UAM, la tercera institución con mayor número de científicos dentro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), ha perdido también dinero porque plantas y animales que se usan en experimentos han sido destruidos, ante la imposibilidad de los investigadores de entrar en sus laboratorios.

Esas situación provoca la pérdida de millones de pesos, aunque aún las autoridades de la UAM no tienen cuantificado los daños.

Tan sólo en la primera semana de huelga, las autoridades universitarias anunciaron que se habían sacrificado 200 ratones de diversas especies —entre ellos los llamados desnudos, que se llegan a cotizar hasta en 5 mil pesos—. Esos animales son empleados para proyectos enfocados al área de salud y experimentos para combatir el cáncer.

Y más allá de los costos económicos, estos ratones tienen detrás de sí meses de estudio de varios científicos, como lo explica Tessy López Goerne, investigadora de la UAM y Premio de Ciencias de la UNESCO.

“La muerte de esos ratones significa mucho trabajo perdido, por lo general son dos o tres investigadores los que están al tanto en cada uno de los estudios con roedores, además de los estudiantes de posgrado”.

La especialista en nanociencias explica que esos animales son esenciales para generar nuevo conocimiento: “De ninguna manera podemos ir a Francia, Italia, Estados Unidos o España con investigadores donde tenemos convenios a decir que estamos en huelga y no podemos cumplir”.

Investigadores que a través de convenios o amistades han encontrado apoyo en otros laboratorios, reconocen que no se avanza con la misma velocidad, pero que esa es la única opción para cumplir convenios que se han firmado con el gobierno, empresarios, o instituciones extranjeras.

Para Rodolfo Quintero Ramírez, director de División de Ciencias Naturales e Ingeniería de la UAM Cuajimalpa, esta ayuda es sólo un paliativo y asegura que de extenderse por más semanas podría ocasionar la suspensión de proyectos. Explica que algunos patrocinadores que se han mostrado flexibles hasta el momento podrían cambiar su postura de continuar la huelga.

Rutilio Ortiz Salinas, adscrito a la Unidad Xochimilco de la UAM, considera que otras dos o tres semanas de huelga pondrían en una situación crítica proyectos de investigación como uno en el que participa destinado al estudio de contaminación de alimentos por hidrocarburos.

Además la huelga, dice Ortiz, ha impedido generar el conocimiento necesario para participar en seminarios, congresos o publicar, lo cual se podría traducir en incumplimientos con las instancias involucradas en el estudio, en ese caso específico, el Gobierno del Distrito Federal.

Aunado a lo anterior, los mil 67 becarios del Conacyt inscritos en la UAM podrían ver afectadas sus becas, porque se rigen por un tiempo determinado.

En riesgo la imagen de la UAM

Gilberto Diaz González, del Departamento de Producción Agrícola y Animal de la UAM Xochimilco, lamenta que a pesar de los esfuerzos de algunos investigadores por continuar sus estudios, la imagen de esta universidad pueda verse afectada.

“Hay colegas en países latinoamericanos que sí comprenden esta situación de huelga, pero con los investigadores nórdicos o estadounidenses es muy difícil que comprendan cómo una institución como la UAM puede tener paradas sus actividades”.