martes, 19 de febrero de 2008

Impiden que SITUAM cierre Periférico


Reforma // Ciudad
Impiden que SITUAM cierre Periférico

De los 250 manifestantes de inicio, cerca de 70 quedaban al final
Mirtha Hernández
Ciudad de México (19 de febrero de 2008).-
Unos 30 granaderos bloquearon la manifestación de estudiantes y trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), quienes intentaban cerrar la circulación sobre Periférico y que finalmente se retiraron.

Los inconformes habían marchado por Calzada de las Bombas, Miramontes y Calzada del Hueso y efectuaron un mitin frente a la Unidad Azcapotzalco, en demanda de incremento salarial.


Aunque originalmente el contingente era de unas 250 personas, el grupo se redujo a cerca de 70 cuando estudiantes propusieron cerrar la vialidad.La Secretaría General del Sindicato de Trabajadores de la UAM (SITUAM) se separó del grupo y llamó al resto a acudir a las oficinas a manifestarse, a fin de evitar que grupos minoritarios lleven las riendas de la huelga.

La huelga en esa casa de estudios ya cumple 19 días.
























































Marcha SITUAM hacia plantel Xochimilco
Anuncian una marcha para mañana miércoles, a las 17:00 horas, la cual partirá del Ángel hacia el Zócalo

Marcha SITUAM hacia plantel Xochimilco 14:49
Abandona sindicato de UAM mesa de diálogo 13:00
Llama rector de UAM a sindicato a reflexionar sobre propuesta 12:36
Consulta la alerta vial
Notimex
El Universal
Ciudad de México
Martes 19 de febrero de 200814:49
La dirigencia del SITUAM inició una marcha en calles del sur de esta ciudad, en protesta porque las autoridades universitarias no han presentado una nueva oferta económica para levantar el paro laboral que este martes cumple 18 días.
Los integrantes del Sindicato Independiente de Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (SITUAM) caminaron por calzada de Las Bombas, del Hueso y Miramontes para dirigirse a la sede de Xochimilco, donde ocasionaron caos vial.
El secretario de Conflictos del SITUAM, Eladio Torres Flores, consideró que la representación de la rectoría instrumenta una estrategia de desgaste para debilitar al movimiento de los casi cinco mil trabajadores que exigen un aumento salarial de 32 por ciento.
En entrevista, comentó que el acuerdo del Comité de Huelga pactado en la última reunión fue que si la representación de la UAM no presentaba una nueva propuesta "no tenía caso continuar las negociaciones" y por ello apenas duraron siete minutos.
Señaló que la representación de la Rectoría sólo ofrece 4.25% de incremento salarial y 1.2% en prestaciones, lo cual es rechazado por la mayoría de los trabajadores universitarios.
"Hay una cerrazón de la representación de esta casa de estudios, a pesar de que el sindicato ha mostrado apertura a la negociación y al diálogo", expresó.
Dio a conocer que mañana llevarán a cabo una marcha a las 17:00 horas, la cual partirá del Ángel de la Independencia al Zócalo de la ciudad y donde también participarán otras organizaciones sindicales.




















1 comentario:

Miguel González Madrid dijo...

Compañeros:

Quiero creer que comparten conmigo la idea de que para todo hay límites. Una huelga también tiene límites. Pero es más claro que los tiene cuando no hay razones suficientes para mantenerla en el tiempo, y si no hay certeza de las consecuencias negativas que puede tener sobre la comunidad estudiantil y sobre proyectos académicos que no se pueden paralizar. Una suspensión de laborales durante un cierto tiempo (dos semanas, tal vez un mes o hasta dos meses) en una Universidad como la nuestra tiene consecuencias desastrosas. Sin embargo, los dirigentes sindicales tal vez se crean iluminados en el mundo de los movimientos sociales y laborales, o tal vez alguien les ha dicho que esta huelga puede ser un parteaguas para ganar una batalla al neoliberalismo. Ojalá así fuera, pero mejor es tener los pies sobre la tierra y las ideas más apegadas a nuestra realidad.

Sin duda, hay motivos para inconformarse y luego hacer estallar una huelga. Pero hay que preguntarse si el número de delegados que votó a favor de la huelga es representativo, si el procedimiento de consulta con los agremiados se aplicó (soy sindicalizado y nunca alguien me consultó), si la dirigencia sindical está apostando a resistir según los fondos con que cuentan, etc.

De una cosa estoy convencido: después de la huelga, el SITUAM está en riesgo de debilitarse, de perder agremiados. Esto puede ser lamentable si lo vemos en términos del papel que puede desempeñar una organización para la defensa de sus agremiados en el marco de un Estado de derecho constitucional y democrático. En nuestros tiempos los dirigentes sindicales seguramente creen que con golpes de huelga aislada se ganan batallas contra el neoliberalismo. Luego ya no saben cómo levantar la huelga y quieren justificar su incapacidad de cálculo tratando de extenderla otra semana o más tiempo, para esperar que otras organizaciones manifiesten su solidaridad y esperar que, por el mismo desgaste, la base y los delegados decidan concluirla de algún modo. Y esto puede ser así, porque no hay capital fijo que repartir. Esto no es una fábrica ni tiene carácter de propiedad privada, en sentido estricto. La solidaridad hacia los muertos no sirve, y más vale no dejarse morir.

El SITUAM deberá refundarse y crear una nueva estrategia que aporte ideas a los desafíos de la UAM y lo prepare para vincularse a un nuevo tipo de movimientos sociales en contra de los verdaderos adversarios de los sectores asalariados, sin dejar de ser una organización de defensa de los intereses de los trabajadores. He visto, con pena, como desde trincheras sobreideologizadas todavía nos dicen que una huelga nos puede llevar hacia el socialismo o a una sociedad sin clases. En verdad, si se quiere avanzar hacia esa dirección, la vía no es el sindicalismo ni una huelga aislada, aunque la euforia que puede despertar una situación de huelga, una manifestación en el centro de la Ciudad de México o cientos de desplegados de solidaridad, pueden crearnos esa ilusión. El sindicalismo y las huelgas son una parte de un todo, pero tal vez no la parte principal, y no por ahora en nuestro país. Debe recordarse que la figura “sindicato” y sus formas de lucha (que finalmente tienen como desenlace el acuerdo con los patrones) son una característica del sistema capitalista. Esencialmente, ¿cuál es el propósito histórico de un sindicato y qué es lo que la ley le permite hacer? Creer que se hace algo más allá de lo permitido y de lo realizado históricamente, es hacerse ilusiones. Y si se obtuviera 35% de incremento salarial y se resolviera radicalmente el asunto de las plazas de Cuajimalpa y de los profesores temporales, ¿se habrían logrado objetivos revolucionarios o, por lo menos, desgarrar el corazón del monstruo llamado neoliberalismo? No estarían mal esos resultados, pero herir de muerte al monstruo con acciones aisladas es creer que éste es un osito de peluche. El asunto de las plazas sí tendría viabilidad, aunque en el marco de la bilateralidad y en un plazo diferente, por lo cual es necesario que la representación de la UAM manifieste una alternativa de solución al conflicto en este punto y que sea contundente con una concepción al respecto. No caben frases como las de “guardadito”, etc. Si, además, los diversos grupos estudiantiles se movilizan y exigen a las partes en conflicto aprovechar los días para negociar y acordar puntos de resolución, harían bien.

Ya me lo habían dicho en otra parte, exactamente el primer día de huelga: el SITUAM está apostando a una huelga de dos meses, porque tiene fondos de resistencia. ¿Quiere eso decir que los dirigentes sindicalizados viven de la huelga, de las aportaciones de los sindicalizados y de ingresos solidarios de coyuntura y, además, se hacen la ilusión de que van a hacer una pequeña revolución? Tal vez vivan de eso y crean en eso. Tendrán que rendir cuentas y lo sabremos. Desde luego, los representantes de los sindicalizados están sujetos también a la rendición de cuentas. Y no me refiero precisamente al manejo de fondos económicos, sino a la responsabilidad que tienen en la conducción de una organización que enfrenta también sus propios retos. Los dirigentes sindicales no son dioses,… aunque a veces se crean dioses o, por lo menos, iluminados. Lo peor es que, cuando se creen esto, esperan que todo mundo les manifieste reconocimiento, incluso adoración.

No obstante lo anterior, la Rectoría General, los órganos colegiados y los órganos unipersonales de la UAM deberán reflexionar sobre los nuevos retos que enfrenta nuestra institución y la responsabilidad que deberemos asumir cada cual. Mucho se ha dicho en el papel, pero no hay compromisos reales. Nuestra Universidad no será doblegada ni desde dentro ni desde afuera, pero ello requiere recomponer nuestras propias capacidades, nuestra identidad y nuestras ideas como comunidad. En particular, los académicos no podemos conformarnos (quisiera decir "confiarnos") con alternativas sindicalistas-economicistas. En una Universidad como la nuestra, depender sólo de la corta imaginación y de la neblinosa visión de los dirigentes sindicales (si acaso la tienen) es admitir el dominio de la unidimensionalidad en el mundo universitario y, por tanto, la falta de otras alternativas. La UAM debe insertarse en la lógica de un compromiso mayor con la sociedad, no para convencerla de que no hay alternativas, sino de que las alternativas están en la propia gente, en su diferente modo de hacer su vida y sus diferentes aspiraciones. El sindicalismo no puede arrogarse el privilegio de ser la única alternativa, que tampoco es la alternativa principal.

Finalmente, necesitamos hacer algo el lunes de la semana entrante (25 de febrero), si la huelga continua sólo porque así lo quisieran caprichosamente los dirigentes sindicales. Nosotros no podemos darnos por muertos. También necesitamos refundar a la UAM y que las autoridades reiteren públicamente ante el gobierno federal las limitaciones de las universidades, sus necesidades, su precaria situación, pero también las alternativas viables. De no hacerlo así, se estaría consintiendo una realidad que motiva descontento social. Recuerden que quien calla otorga, quien agacha la cabeza estará sometido toda su vida a quien levanta la mano para fustigar. Pero los métodos para levantar la cabeza, gritar, manifestar nuestro descontento, ponerse ante las riendas, etc., son el secreto para no pasar como ilusos.

Saludos.
Miguel González Madrid
mgmadrid@terra.com.mx
Teléfono y Fax UAM Iztapalapa: (01-55) 58044793